MUY QUERIDO. El español ha colaborado con un sinnúmero de cantantes de diversas latitudes.
Jesús Díaz @yisusreporter
Miguel Bosé se levanta temprano en una brumosa Ciudad de México, no ha habido tiempo para que alguien hiciera su cama, pero poco le importa.
Su trabajo inicia así, como buen huésped, recibiendo a Diario de México en una lujosa habitación de un hotel en la zona de Polanco.
Mientras baja el volumen del televisor, en el que se ve un noticiero –telenoticiero como él lo denomina-, uno piensa qué pasa por la cabeza de uno de los artistas de habla hispana más importantes, hacedor de más de 30 producciones discográficas, 35 filmes, y que en unos días será distinguido como la Persona del Año por la Academia del Grammy Latino.
“En todos mis trabajos hay una parte emocional y otra social, hay canciones que tienen que ver con emociones y sentimientos que se enfrentan, y otras en la que hago uso de una de mis grandes musas: el telenoticiero”, dice mientras señala el televisor cuya conductora enmudece gracias al control remoto.
“Normalmente es el telenoticiero donde veo cosas que me repugnan y me irritan, son muchos de los temas que hablan y de ahí me inspiro para hablar sobre el medio ambiente, lo político y social”, afirma mientras hace un extraño movimiento con su cuerpo, como si se estirase después del ejercicio.
La charla inicia ahí, en lo incómodo que puede significar ser un hablante de habla hispana atestiguando graves crisis políticas y económicas en nuestras regiones.
Al final, desigualdad, esa que dice haber visto en sus innumerables viajes.
“En este momento no tengo ninguna palabra o argumento para intentar sosegar lo que vivimos, todos en mayor o menor índice estamos padeciendo lo que está sucediendo.
Como todo, creo que pasará, pero habrá costes, algunos de ellos irreversibles”, vaticina, y va más allá… “Creo que la solución de nuestros problemas está en ser ciudadanos activos.
Muchas de las cosas que nos han sucedido las hemos permitido y esto debería de ser una lección: tener un criterio político claro, porque si dejamos que las cosas las hagan los demás y no somos participativos, no nos podemos quejar, no tendríamos ni el derecho de quejarnos”.
Desde su trinchera, la de la música, Bosé considera que se pueden cambiar algunas cosas, basta con discernir de vez en cuando entre el entretenimiento y el arte que cala, que sirve para consignar e invitar a la reflexión.
Así lo ve mientras mueve sus manos lentamente hacia adelante y acompaña el gesto con palabras: “Hay que empujar”.
“La cultura tiene muchos aspectos, uno es la parte de fantasía y evasión, la de emocionar. Una fuga, un escape de la realidad; esa que descomprime y sirve a muchos.
La otra es la denuncia, el acecho y acoso.
Detrás de cada artista hay ciudadanos que deberían de ser igualmente activos, ser la voz de mucha gente en vías de denunciar lo que hay que cambiar”, asegura.
Mientras platica, se mueve y toma tiempo para pensar sus respuestas, uno sabe a bien qué parte de Bosé está hablando.
Él lo aclara con facilidad.
“Me parece bellísimo que se me llame Person of the year porque se reconoce al músico, a la aportación sello-marca que es Bosé, pero también al ciudadano Miguel, que se hace solidario a las causas porque necesita, como todos, encontrar una causa con la que identificarse. Es bueno que se premie mi vida, la de Bosé y la de Miguel”, concluye.
DA ALAS
Bosé es presidente del consejo de la fundación ALAS, cuya misión es mejorar la salud y educación de los niños de América Latina.
PIDE DEJAR HIPOCRESÍA
Al descender de una familia dedicada a la tauromaquia (es hijo del torero Luis Miguel González Lucas), a Miguel Bosé le cuesta criticar esta disciplina.
Sabe que es algo que no le agrada, puesto que es el único en su familia que se dedicó a otra actividad, pero ve algo de hipocresía en quienes sólo la atacan.
“Soy el menos indicado para hablar de esto, obviamente no voy a escupir en el plato que me ha dado de comer. A mi no me gusta, pero indudablemente si la escusa son los malos tratos a los animales, hay que ser coherentes y arramblemos con acuarios, mataderos, pesca en alta mar”, opina.
1977 marcó su debut discográfico al editar el álbum ‘Linda’.
57 años de edad tiene el cantante español, nacido en Panamá un 3 de abril.
16 años de edad tenía cuando debutó en una cinta del director italiano Duccio Tessari.
14 millones de copias ha vendido en el mundo, grabadas en varios idiomas.
FOTOS: SATUS MEDIA / OCESA
No hay comentarios:
Publicar un comentario