lunes, 28 de enero de 2013

Miguel Bosé, el hombre dual llega a Ecuador

 
El artista, el hombre. Miguel Bosé es uno solo (¿o tal vez dos seres en uno?), pero dice que vive siempre en una misma faceta: la dual. Así lo reconoce, desde Madrid, en una entrevista telefónica con este Diario. Es de hablar pausado, pero firme, concreto en sus respuestas. En este personaje conviven el Miguel humano y el Bosé creativo. El cantautor, nacido en Panamá (aunque no tiene el pasaporte de ese país), español como su padre y colombiano por su compromiso con la paz de ese país, visitará Ecuador después de cuatro años desde su última presentación en este territorio. De madre italiana, registra una carrera artística de más de 30 años y su reloj biológico marca los 56; sin embargo, pareciera que el último soplo de juventud no quisiera irse de su lado. Este es persistente, así como lo ha sido Miguel Bosé en la música, en su compromiso activista con diferentes causas o en su anhelo de tener descendencia: es padre soltero de dos hijos Diego y Tadeo (nacidos por vientre de alquiler en el 2011). En su último disco, Papitwo, vuelve a hacer duetos con amigos como en Papito (2007), el que generó luego el exitoso Papitour, un periplo de tres años recorriendo España, Estados Unidos, Latinoamérica e Italia. La gira del nuevo álbum ya está en proceso y en el futuro posiblemente llegue una tercera parte de Papito.

Sus seguidores tienen más duetos por disfrutar en Papitwo. ¿En qué se basó para escoger a quienes lo acompañaron cantando?
Son amigos todos. Son muchos amigos dentro de la música y muchos de ellos obviamente por varias razones no pudieron estar en el primer Papito y en esta segunda todos los que han podido han estado y quedan muchos más. Quedaría material y quedarían algunos para hacer Papito 3. Hay material, hay amigos. De que hay amigos, hay amigos.

Algunos de quienes hacen dúo con Bosé en Papitwo son Penélope Cruz, con quien interpreta la canción inédita Decirnos adiós. Con Tiziano Ferro, Ximena Sariñana, sus ‘hermanos’ Juanes y Alejandro Sanz o con Bimba, su sobrina, revive éxitos de su pasado musical.

Además de esta gira, ¿habrá una tercera edición del concierto Paz sin fronteras?
No tenemos fecha fijada, hemos hecho simplemente un viaje Juanes y yo a Venezuela para tomar contacto con la orquesta Simón Bolívar, el maestro (José Antonio) Abreu y el maestro (Gustavo) Dudamel para explicarle el proyecto y con toda la gente que obviamente tendría que salir involucrada y empezar a cerrar acuerdos. Simplemente ese es el paso que hemos dado. Pero, vamos a esperar. Ahora, en este momento, no vamos a movernos porque el país (Venezuela) tiene que retomar su curso y por respeto a todo eso lógicamente esperaremos.

En Tacones lejanos, Felpudo maldito, Libertarias, entre otros filmes, ha canalizado su pasión por el cine. ¿Hay en un futuro cercano un nuevo proyecto en la pantalla grande o tal vez en la TV, como ya lo hizo con La Voz... México?
No lo sé. En TV las únicas cosas que he hecho han tenido que ver con la música. Hace uf, hace dos décadas no he hecho nada de nada (de cine), hace casi, casi 20 años. Durante un periodo largo (actuó)... La verdad es que no soy actor, de hecho soy un músico que ha hecho cine como hay muchos, pero no me siento actor, no es la carrera de mi vida.

Sobre la exhibición pictórica en la que participó, expuesta el año pasado en la galería Casa América, en Madrid, algunos críticos dijeron que hace del dibujo un viaje al pasado. ¿Emprende esa misma travesía en su música?
Uno no sabe en qué dirección va en el tiempo cuando se pone a hacer las cosas. Por decir, una canción no sabes, de alguna manera, si estás conectando periodos, cosas que las describes como presente pero que pertenecen a tu pasado; otras cosas que no han sucedido y que quieres que sucedan, por lo cual son proyectos que nacen hoy pero para que sean posibles en el futuro. Yo creo que en todas las manifestaciones del arte las cosas se plantean así, se juntan los tiempos.

Así como alguna vez Oscar Wilde dijo que el arte es inútil, tal vez también este sea atemporal...
No estoy absolutamente de acuerdo para nada (en esa premisa). El arte es muy necesario.

Bosé creció en un ambiente lleno de arte, su familia acogió a personajes inolvidables como Pablo Picasso o Ernest Hemingway. Eso sí, en agosto pasado aseguró que deseaba que sus hijos no tuvieran nada que ver con el mundo del espectáculo, porque el ser artista es una profesión muy dura. Pero él vive la música, apasionado; su panorama del mundo es amplio; su visión de la vida, de las cosas, universal. Todo aquello en gran parte por los estudios de danza que hizo en Londres, París y Nueva York, donde conoció nuevas culturas.

Es un cantante que también tiene la convicción de defender los derechos humanos, preservar el medio ambiente y apoyar la lucha contra el sida. ¿Considera que esa ayuda debería ser inherente a los artistas por la influencia que tienen entre sus seguidores?
Yo creo que no es un deber del artista, pero es una necesidad del ciudadano ligarse a causas diferentes. Yo creo que todo ciudadano necesita reconocer a qué ámbito pertenece o por lo que quiere luchar, qué quiere mejorar a partir de ese momento. Si no tiene, además, esa otra vida que es la vida pública, en este caso la mía, de la música (porque) obviamente ahí Miguel utiliza muchísimo a Bosé para ilustrar de alguna manera, potenciar, mediatizar las cosas que al ciudadano Miguel le importan, le interesan y que quiere cambiar y mejorar.

Esta gira, como lo dice su página web, tendrá la “magia” de unir a varias generaciones porque rememorará melodías de otras épocas. ¿Cómo se siente reviviendo estas experiencias, luego de 30 años de carrera?
Todo un privilegio, la verdad que la gente te siga permitiendo poder hacer lo que más te gusta, ¿no le parece a usted? Primero yo diría que en mis principios fui impensable. Cuando sucede creo que es un enorme privilegio que te pone en un gran compromiso porque al fin y al cabo la gente es la que te hace, hace grandes tus canciones y de paso hace grande al artista que hace las canciones.

¿La gente ha nutrido al Miguel y al Bosé?
Sí, pasa en todas las carreras en general, no solamente en las artísticas, pasa en el deporte, pasa en la política, pasa en las empresas.

Muchas veces se ha metido al escenario ‘hecho polvo’, según dijo en una entrevista. Este se ha convertido en una especie de sábila para usted. ¿La música es su mejor remedio entonces?
Yo no me he gastado ni un peso en psicólogos porque justamente soy músico, hago música. Le puedo asegurar que a uno le quita todos los males; sales con 40 (grados) de fiebre, se te va la fiebre, sales con un dolor de no sé qué, se te va el dolor; sales con una preocupación la descargas y la transformas, la pulverizas. Es una terapia tan espectacular que es como usted dice, como la sábila, la mejor de todas.

Regresa a Ecuador, vuelve hacia una parte de su público más fiel como usted afirmó: el latinoamericano. Además de su concierto, ¿tiene algo más pendiente con este país, algo más que desee hacer en esta tierra?
Por ahora no voy a poder. Ya tocará si tengo tiempo en el futuro, pero ahora en la gira, ya sabe usted cómo es: uno llega, hace la atención a los medios que tenga que hacer, hace los conciertos, pasa al siguiente país y así a otro y así a otro. Las giras son estrechas y son muy intensas y llenas de trabajo.

Cierta picardía en medio de la serenidad que se percibe en este ganador del Grammy Latino se verá realzada por la escenografía de su concierto en Ecuador: bombillas flotantes que se activan y alumbran en función de la fuerza con que él pronuncie cada verso. Y otras sorpresas. Toda una fiesta para el Amante bandido, para el intérprete de Olvídame tú, Linda o Nena, melodías que forman parte de su repertorio en esta gira.

Príncipe blanco, ladrón seductor, hermoso maldito, Peter Pan, Papito. ¿En qué faceta se encuentra ahora?
En la de siempre, la dual: la que por un lado tiene Miguel como hombre y como ciudadano; y, por otro lado, la creativa de Bosé en desarrollo constante, en crecimiento.

Alguna vez confesó que cuando uno es más joven tiene energía para todo, pero después uno se harta de muchas cosas. A sus 56 parece, sin embargo, tener energía para toda una gira y más. ¿Piensa tomarse un descanso luego, tal vez pasar aún más tiempo con sus hijos?
No sé qué pasará, no tengo ni idea, no sé de entrada cuán larga será la gira. La gira de Papito fue larguísima, duró 3 años, largos. No sé qué va a pasar, por ahora tengo el trabajo planificado hasta el final de este año y luego ya veremos. Veremos qué es lo que toca pero tampoco digamos que trabajo cada proyecto en todo su ámbito, ya cuando está más asentado y más avanzado empiezo a preparar cosas que vayan a ir por detrás. Pero por ahora estoy con Papito 2, está relativamente fresco, hay mucho que hacer, hay mucho todavía que desarrollar y es largo, son proyectos largos, porque dese cuenta que son proyectos en los que se celebra toda una carrera y se celebra con la gente y a la gente le encanta esa fórmula: reencontrarse con el pasado, con las canciones que de alguna manera han sido las bandas sonoras de su vida. Y bueno, como es una gira hecha con y para la gente, pues estaré todo el tiempo que sea necesario. Y lo haremos.

Usted dijo que la industria musical está muerta. ¿Cree que esta tendría la oportunidad de revivir en su propósito de buscar artistas antes que canciones exitosas?
La industria ha cambiado, la demanda es otra, los soportes son otros, la comercialización, marketización, distribución y necesidades y requerimientos son otros completamente; o sea, todo va hacia adelante, prácticamente pasa por momentos de crisis, de gran metamorfosis, de abandonos, pérdidas y algunas cosas, pero otras se ganan. Son muy creativos todos ellos (la gente de la industria) y hay que obviamente estar en el proceso de los tiempos y yo creo que lo que ya es ahora es algo que debemos explorar y lo que fue es algo que no tenemos ya que echar de menos, porque no volverá. Sería una necedad perder tiempo en especular sobre el pasado.


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