El divo español desató una verdadera fiesta en la capital peruana, celebrando con un gran show sus 37 años de trayectoria artística.
Con una puesta en escena impresionante –que combinaba
sofisticados efectos de luces, proyecciones multimedia y una suerte de
telón que bajaba y subía por momentos– el show “Papitwo” hizo cantar,
bailar y emocionarse a los fanáticos de Bosé.
Después de un contundente inicio con el tema “Mirarte”,
Bosé hizo un repaso por su extensa carrera e hizo saltar de sus asientos
y corear al público con renovadas versiones de sus temas “Duende”,
“Nena”, “Aire” y “Sol Forastero”, algunas de ellas con estilo bailable y
tan contemporáneo que podrían sonar en cualquier fiesta de música
electrónica.
En un momento, Bosé se dirigió al público y dijo: “Vamos
a hacer magia. Los invito a compartir conmigo y hacer lo que más nos
gusta: música”. Y vaya que fue así. Sentado con sus músicos y coro
dedicó todo un bloque del show a canciones que lo acompañaron al
principio de su carrera –hits de los años 1977 a 1981- como “Te diré”,
“Morir de amor”, “Creo en ti”, “Amiga”, “Linda” y la infaltable y
pegajosa “Don Diablo”, que fue coreada con entusiasmo por el respetable.
Con “Papitwo” el cantante español se ha superado a sí
mismo. Respaldado por la excelente banda y coro que lo acompañan, el
español no solo cantó y bailó, sino que coqueteó con su público y en
varios momentos se dirigió a él para hacer bromas o para llamar su
atención sobre temas más trascendentes como la guerra o la solidaridad,
presentando los temas “Partisano” y “Nada Particular”, respectivamente.
Momentos cumbres de la presentación, que convirtieron el
Jockey Club en una gran discoteca, fueron las performances de “Bambú”,
“Hacer por hacer”, “Como un lobo” y “Estuve a punto de...”. Por
supuesto, no faltaron las baladas como “Olvídame tú” y “Puede que”, que
hicieron suspirar a los más románticos.
Tres veces se despidió Bosé del respetable y tres veces
regresó al escenario ante los aplausos de los asistentes que pedían
“otra, otra”. Al volver la primera vez cantó “Morena mía” y dijo que “la
dedicaba a todas las morenas... las rubias, las pelirrojas, a todas las
mujeres”, lo que motivó los gritos de sus fanáticas. En otro de estos
“encores” se escuchó por fin la reclamada “Amante bandido”, que fue el
punto máximo de la fiesta. Hacia el final de la canción, Bosé y sus
coristas cantaron “Nunca os dejaremos, Lima”, lo que desató gritos de
"no te vayas, Miguel".
Después de ese enérgico regreso al escenario, fue el
turno de “Te amaré” que Bosé dedicó a “mis amigos Fahed (Mitre) y
Marisol, mis empresarios, que cumplen 20 años de casados”. El cierre de
la jornada fue con el tema “Por ti”, extracto del álbum “Cardio”, que le
puso un sosegado final a un espectáculo en el que hubo romance,
picardía, baile, nostalgia, sensualidad, pero sobre todo buena música y
arte.
Tras más de dos horas de concierto, quienes acudieron al
Jockey Club pudieron comprobar dos cosas: que Bosé no mintió ni exageró
cuando dijo en la conferencia de prensa que “Papitwo” es el mejor show
que ha presentado en toda su carrera; y que ha dejado de ser una
estrella del pop para convertirse en una verdadera leyenda.
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